aportado por Marta Nicolay, autora anónima, por el momento
Las viejas convicciones, mordaza conveniente
Que evita las palabras que suenan revoltosas,
Que saca de los sueños el gusto del delirio,
Que apaga las ternuras si son escandalosas.
Las viejas convicciones, parientas del prejuicio,
Las viudas de lo hermoso, las madres del fracaso,
Las hijas de un aborto logrado por vergüenzas,
Las tías de los miedos cortándonos el paso.
Las viejas convicciones, vestidas de correcto,
Peinadas de sumisas, calzadas con renuncias,
Llevando en cada mano los guantes de la muerte,
Guardando en los bolsillos la ley de cada nunca.
Las viejas convicciones, a veces no pensadas,
Seguidas por rutina y halladas como herencia…
Pegales un repaso, quizás también descubras
Que se hace necesario perderlas con urgencia
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