"me acuerdo lo que a Soriano le importaba obtener un reconocimiento de la crítica literaria que presumía culta. Paso a ejemplificar con una anécdota que me contó Bayer en una feria del libro patagónica, una de esas ferias que suelen parecerse más a una kermesse heróica que a la Rural del Libro porteña donde las editoriales exhiben a sus totros de raza y vacas sagradas. Una vez Beatriz Sarlo invitó a Soriano a participar en una charla en el ámbito universitario. En esa época, si mal no recuerdo, parecía haber dos bandos en la narrativa: Saer en un rincón del ring y Soriano en otro. Una disyuntiva falsa. De la que sacaban partido los saerianos y los sorianescos. (...) Volviendo a esa vez: Soriano invitado al ámbito académico. El alumnado se burló del escritor porque apenas si había terminado a los tumbos la primaria mientras su padre, empleado estatal, cambiaba de destino desde la pampa hacia el sur. Esa madrugada, destruido, Soriano lo llamó a Bayer. Como reivindicación y ajuste de cuentas, Bayer invitó a Ricardo Piglia a presentar a Soriano en su cátedra de Derechos Humanos en el ámbito universitario. Piglia arancó planteando que los tres escritores argentinos más grandes de nuestra literatura no habían terminado la primaria. Arlt, Borges y Soriano. No creo recordar que el autor de Plata quemada haya publicado esta afirmación en sus ensayos. Una lástima"(Radar, 28.1.07, p.13)
--> ver también: "10 años sin Soriano", "Especial Soriano: Repercusiones y polémicas", "La posibilidad de un mito", "Una respuesta rústica", "Una historia falsa", "Aplausos y autógrafos".
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