Experimentadores de sábado, los de anoche,
sí, como los ves, valientes, corajudos,
eso que la vida nos ha pedido tanto,
porque..
hemos empezado a contar, te diste cuenta?
cuando digo contar, no hablo solo de sacar cuentas o hacer palotes,
aunque también estos tengan su encanto, su lado juguetón, rememorando.
también contar es darle al cuento su lugar y relatarnos,
nuevos y floridos dichos con la excusa del recuerdo, y un autoengaño tranquilizante:
solo reiteramos aquella anécdota compartida o casi,
pero no, esto es otra cosa.
solo reiteramos aquella anécdota compartida o casi,
pero no, esto es otra cosa.
también contar es importar,
tenernos en cuenta, rescatarnos en esa cartelera vital
la del paisaje de los vínculos, anudamientos desencontrados que supimos conseguir,
hoy susurrándonos al oído desde el papel fotográfico algo ajado, algo combado,
foto que para no quedarse en el mero plano se inventa cuerpo, se dice tubo,
vuelta sobre si en una curva protectora de secretos y complicidades energizantes.
pero contar es tambien lista de gestos
y abrazos por lo que no decimos,
ni diríamos, cállate boca,
ni diríamos, cállate boca,
-no por que a la lengua la hayan expropiado los ratones,
sino por que las canas
y kms recorridos
nos han engalanado con cierto lujo de vida,
disfrutarnos
sin examen de ingreso ni plan de equivalencias.
disfrutarnos
sin examen de ingreso ni plan de equivalencias.
experimentadores, sí, corajudos,
un poco más cancheros para el disfrute sin estridencia,
y menos esquivos con los afectos que no piden permiso
y pasan como pancho por su casa, atropellando,
dejando la marca de nuevas placideces y renovadas esperanzas,
esas que son -y no son-
parientes lejanos de aquellas largas charlas,
cartas interminables,
madrugadas inquietantes,
caminatas sin rumbo fijo ni reloj agrio.
contar también es perder la cuenta
de todo lo que desbordaba aquel armario
o este archivo personal ahora mostrable,
el de clases y aulas compartidas,
sumale asaltos, picnics y farándulas agitadas,
fantasías y amores desventurados pero hermoseados por el tiempo
que casi todo lo arregla o acomoda.
parientes lejanos de aquellas largas charlas,
cartas interminables,
madrugadas inquietantes,
caminatas sin rumbo fijo ni reloj agrio.
contar también es perder la cuenta
de todo lo que desbordaba aquel armario
o este archivo personal ahora mostrable,
el de clases y aulas compartidas,
sumale asaltos, picnics y farándulas agitadas,
fantasías y amores desventurados pero hermoseados por el tiempo
que casi todo lo arregla o acomoda.
habíamos aprobado matemáticas y lenguas varias
reiteradas veces y niveles,
hay certificados!
pero de contar, lo que se dice contar,
nos estamos graduando ahora,
sin machetes.
hj
nos estamos graduando ahora,
sin machetes.
hj
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